viernes, 30 de octubre de 2015

Tutores de la vida


Quienes recuerdan a ese profesor que era tutor de su aula, permítanme preguntarles ¿Qué tan significativo fue esa hora de orientación para ustedes? ¿Gracias a ese tutor salieron del colegio para poner en marcha su proyecto de vida? ¿Se sintieron en la capacidad de discernir el abanico de cosas malas y la lista de oportunidades para ser mejor en el futuro? El punto es que el Minedu desde su tribuna ha puesto en marcha un servicio virtual para que los docentes sean esos profesionales que transformen y guíen a sus estudiantes.

Ser tutor académico no es nada fácil, por el contrario, es el doble compromiso pues además de enseñar debes tener un mayor impacto en la vida de tu estudiante. Revisé el material de este espacio denominado “Tutoría para el bienestar de las y los estudiantes”, dentro de la página del Ministerio de Educación y me pareció muy importante para ponerlo en marcha no solo en aulas, sino con universitarios que al iniciar su educación superior muchas veces con inseguridades o dudas sobre lo que quieren para su vida, necesitan de un plan de tutoría efectivo. Sé que algunas universidades lo tienen y eso es importante. Y los de la UNPRG ¿También cuentan con una orientación similar?


Siempre pedimos que los jóvenes sean educados, que obedezcan pero nunca nos hemos puesto a escucharlos. Tal vez sus actitudes son respuestas a la poca atención e importancia que se le ha tomado. Muchos esconden problemas en casa, con amigos, vida amorosa, conflicto sobre su opción sexual, miedo a experimentar cambios, temor por no defraudar y nos cegamos en lo que nosotros esperamos de ellos, más no en lo que ellos esperan para su propia vida. Mi consejo es simple: escuchar, ponerse en el lugar del joven y acompañarlo durante la etapa de conflicto. 

El plan de tutoría busca eso, identificar sus fortalezas, sus puntos a mejorar para hacer de éstos un aporte a su personalidad y por lo tanto a su futuro. La tutoría es un reto para docentes, padres, para nosotros mismos. La tutoría no es solo enseñar lo bueno y lo malo, es darle una clara proyección de lo que se viene, de lo que debe afrontar y cuestionarse. Es la herramienta para que el estudiante sea ese ciudadano modelo que esperamos. Un aporte valioso por parte del  Minedu, visitemos este portal, leamos un poco, practiquemos con nosotros mismos, y compartámoslo con todos.

jueves, 22 de octubre de 2015

"El Niño" travieso tan anunciado

La amenaza de El Fenómeno "El Niño" cada día es más latente y se anuncia como un acontecimiento muy complicado y con probables consecuencias negativas para la salud y las cosechas de la región norte del país. Los simulacros por este tema son todo un reto por el nivel de seriedad que la población demuestra al respecto porque no existe una cultura de prevención en la sociedad en general.

Los colegios alistan lo mejor de ellos porque saldrán un mes antes de vacaciones. Los estudiantes participan de uno que otro simulacro. Algunas autoridades se jactan de estar "tomando las medidas" ante cualquier eventualidad natural y la población de cualquier sector solo vive el día a día según la cantidad de calor y no se proyecta. De hecho, las autoridades no tienen la obligación de enseñar casa por casa pero sí de mandar una alerta o sugerencias para la seguridad a cada sector urbano de la ciudad y pidiendo resultados y evidencias a determinadas actividades. Nunca se ha visto (o se ha dado a conocer) a vecindarios residenciales hacer simulacros porque dentro del supuesto de la mayoría tienen los medios para poder solucionar el desastre en sus hogares. Pero no se trata todo de una preocupación por el hogar, sino cómo el ciudadano desde su cultura de prevención puede ser un soporte para cuando ocurra el desastre con sus vecinos o personas de otros barrios afectados, por eso el lema de Defensa Civil es "Tarea de todos".

Los colegios hacen simulacros y los estudiantes se organizan para ser las enfermeras y otros los heridos. ¿Los estudiantes tienen esa verdadera capacitación en primeros auxilios? O solo es una válido protocolo porque se piensa que ellos no serían capaces de curar a alguien? Si fuera ese el supuesto, es mentira. Una persona desarrolla el instinto de supervivencia y si tiene las herramientas necesarias, entonces logrará la preservación de su habitad y especie con las enseñanzas aprendidas. Esta poca cultura de prevención en la sociedad común y corriente es el reto mayor de las autoridades y si se les ofrece las enseñanzas necesarias el logro será trascendental en la medida que se muestre menos pérdidas materiales y humanas y mayor unión comunal. Sí pues, Defensa Civil es tarea de todos, pero por ahora es tarea de autoridades que deben hacer lo posible por conversar con representantes vecinales para un resultado efectivo cuando venga "El Niño" travieso tan anunciado.


miércoles, 14 de octubre de 2015

Cantidad o calidad educativa



Siempre he creído que calidad es más importante que cantidad y esto se me vino a la mente cuando se acordó que los estudiantes completen sus horas pedagógicas de estudio durante los sábados, porque su año escolar culminará a fines de noviembre. Esto me hace pensar que el cambio que el Ministerio de Educación quiere reflejar en las instituciones educativas  no se evidencia con las “órdenes” emitidas por las Gerencias de Educación, que se preocupan por el cumplimiento de objetivos (temas) en las materias y no en afianzar los conocimientos de los estudiantes, porque – seamos claros-, no siempre una sesión de clase es asimilada al cien por ciento por los estudiantes ¿o sí?

Es importante tomar acciones pertinentes para no exponer a los estudiantes durante el fenómeno de “El Niño”, pero me parece poco considerado el exigir el cumplimiento de las horas pedagógicas y no ver esta situación como una oportunidad para trabajar con aquellos estudiantes que necesitan reforzar temas y hacer un trabajo con un propósito más a fondo, de tal manera, que su aprendizaje sea un proceso reflexivo, divertido y recordado en el siguiente año escolar.

Respaldo a esos “profes” que cumplen con el deber de enseñar y asisten los sábados al colegio. Felicito a los estudiantes que saben que si asisten esos días su recompensa será tener libre todo diciembre. Pero mi pregunta va a quienes tienen las riendas del sistema educativo ¿hasta cuándo la educación girará en base al almacenamiento de contenido y no a la construcción del aprendizaje? ¿Cuándo tendremos una visión clara como región de lo que queremos para la educación? ¿Cuándo los estudiantes pensarán que la mejor recompensa de ir al colegio es la de haberse formado como personas con criterio, curiosas por saber más, deseosas por ayudar? Hacen falta décadas para transformar esa educación, pero desde donde estemos debemos empezar a actuar y darle ese giro. Esa es la tarea y ningún fenómeno natural o sistemático nos paralizará.


miércoles, 7 de octubre de 2015

Mire bien, lea bien, vote bien


Como directora de una editorial me sentiría entusiasmada por la aprobación del Congreso de la República respecto a la reducción de impuesto de venta del libro. Sin embargo, como público del sector C y D, no me afectaría si tengo el prototipo estándar de un peruano no lector. Entonces... ¿esta buena noticia cumple con el propósito de fomentar la lectura?

Esta medida que tiene más del sector economía que de educación o cultura, merecen una explicación al propósito puesto que si quiero fomentar la lectura, mis estrategias deben ser por obvias razones, dirigidas al público menos favorecido. Sin embargo, no está de más felicitar este resultado que al fin y al cabo reducirá el costo de las nuevas producciones impresas y le hará una lucha constante al gran problema de la piratería.

Hace poco tuvimos la oportunidad de ser partícipes de la Mesa de Trabajo por el fomento de la lectura convocado por la Municipalidad de Chiclayo, una iniciativa positiva para reunir a personas sensibilizadas con la mejora de la educación y la cultura de la ciudad. Sin embargo, dentro de los puntos de sugerencias se estableció que la municipalidad puede tener un fondo editorial que financie la impresión de libros (bajos ciertos criterios) y que además se encargue, bajos algunas propuestas, de generar el acercamiento a la lectura a niños, jóvenes y adultos de Chiclayo. Una meta viable y no imposible de alcanzar si pensamos en una gestión con visión y convicción de tener más lectores de todos los sectores socio económicos de la ciudad.


Próximos a una campaña electoral presidencial, tal vez sea ideal, proponerles a los candidatos al congreso que en lugar de regalar sacos de arroz o azúcar, obsequien libros, en especial para aquellos que creen que la educación es lo primero y de esa manera dar el apoyo al sector sin tener un cargo de autoridad, o sugerir que desde la Municipalidad Provincial de Chiclayo, se promuevan círculos de lectura y arte que incentiven a la compra de la no piratería y al consumo de la lectura de calidad y no en cantidad (hasta cuando sea necesario).

jueves, 1 de octubre de 2015

Educación en luz ámbar

Cuando fuimos niños a unos más que otros les confundía entender el significado de los colores del semáforo. Teníamos que aprenderlo al cruzar con nuestros padres una avenida o en el auto. Entender lo que significaba el color verde, ámbar o rojo, fue la primera enseñanza de educación vial que tuvimos y en muchos de nosotros el aprendizaje en ese tema sólo quedó ahí.

Chiclayo que es una ciudad que con el tiempo ha crecido comercialmente. A diario mantiene el tránsito con zonas y horas llenas de colapso, conductores y transeúntes impacientes. El estrés de las calles se respira y nos contagia, si a eso le sumamos el poco respeto o conocimiento por las señalizaciones entonces en el futuro continuaremos enterándonos de más accidentes en las calles.

¿Tenemos una adecuada educación vial? ¿Los accidentes son cuestión solo de imprudencia o el destino? ¿Qué más debemos saber además de los colores del semáforo? Saber de este tema es tan importante como aprender a leer porque es el primer paso para que un ciudadano demuestre una buena educación, respeto por su vida y la de los demás.

Cuántas veces hemos bajado del auto por la puerta izquierda, ignorado las líneas peatonales, cruzado la pista cuando el semáforo indica esperar y no ha existido vehículo alguno o hemos reclamado al conductor por no estacionarse en el lugar que queríamos. Es probable que hayamos sido imprudentes siempre.

Si de adultos ponemos en riesgo nuestra vida, ¿qué esperamos que los niños y jóvenes aprendan de nosotros? ¿Se está enseñando este tema en los colegios? ¿Qué hacen las autoridades para  controlar la educación del peatón? Considero que esta debe ser una razón por la que se empiece  a sensibilizar. Sería ideal que iniciativas de campañas de educación vial no empiecen necesariamente por la municipalidad sino por universidades o colegios. Donde así como se sancione, también se felicite a aquellos que respeten y enseñan tanto a vecinos como transeúntes a tener una mejor información de su rol como ciudadano. 


Desde esta columna, los invito a reflexionar y preguntarse si en realidad están valorando su vida y la de su familia. ¿Cómo pueden aportar a tener una sociedad mejor? Ahí está la clave. Lo que hagan y contagien al resto, mejorará su calidad de vida, con la garantía de que sus hijos se desenvuelvan con seguridad y sin el temor de que les pase algo en la calle. Seamos pacientes, valoremos y pensemos cada paso que demos. Maneje con cuidado. Cuide su vida y la de su familia. Pues como dice la frase: más vale perder un minuto en la vida, que la vida en un minuto.